¡Qué vacío tan hondo!, cuando miras alrededor y solo percibes indiferencia en su lectura.
¡Qué silencios tan largos y profundos! , cuando escuchas y solo oyes conversaciones banales.
¡Qué vértigo tan profundo!, cuando hablas y no encuentras eco.
Cuando viajas en un vagón, rodeado de gente que distrae su pensamiento en titulares gratuitos de la Nada.
Cuando apuras una taza de café, rodeado de gente que distrae su conversación en irrelevantes Cruzadas deportivas.
Cuando disfrutas una copa de vino al acabar la jornada, rodeado de gente a través de las ondas que distrae sus opiniones en conclusiones prefabricadas y dirigidas.
¡Qué Vertigo!, el individuo socializado.
2007/05/31
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