2008/11/26

Qué Cruz

Adelantaba en un blog hermano, un comentario sobre las razones que entiendo determinan las decisiones de nuestros políticos para eliminar ahora la cruz de nuestras aulas, antes expulsar las clases de religión de las mismas, y de modo recurrente eliminar y borrar cualquier vestigio de religión de nuestras vidas.

Indicaba que más que un acto de enemistad, de odio o de agresión hacía ideas que no comparten, que también, el origen de estas decisiones, es fruto de una reflexión más perversa, es un tema mucho más profundo y con más alcance del que parece y me explico.

Algo ya escribí sobre este tema en: "Cuando perdemos la libertad".

Creo que estas actitudes obedecen simplemente al ansia de dominio y de poder que tienen sobre nosotros las clases dirigentes y los poderes establecidos, para controlarnos de forma absoluta, bajo la apariencia de una falsa democracia, en la que acudimos a votar como borregos cada 4 años, pero donde se pretende controlar desde la justicia hasta nuestras conciencias (EPC).

Este objetivo es mucho más fácil de conseguir, si eliminan de nuestra vida cualquier atisbo de esperanza, cualquier ilusión de obtener algo mejor a través de otras fuentes (la religión); pasando de este modo a ser ellos nuestros únicos salvadores, los que resolveran nuestros problemas, ya que más allá no hay nada.

Todo empieza y acaba aquí y por eso, ellos son nuestra única esperanza. Papá estado nos ayudará, no hay nada más allá de los políticos, gobernantes y poderes facticos que nos ayudan, protegen y salvan, por nuestro propio bien.

La religión como esperanza de salvación es un obstaculo que hay que eliminar a cualquier precio.

Releyendo este post me entra cierta intranquilidad pensar que ando tratando de construir "falsas" conspiraciones, club Bilderbegs y demás complots.

¿Acabaré como el taxita Jerry Fletcher (Mel Gibson) en "conspiracy theory"?

2 comentarios:

Mchabu dijo...

También la Iglesia (ya sé que no es lo mismo que la religión) ha buscado la dominación de los hombres en el pasado mediante la amenaza de un futuro sin salvación fuera de ella, con las llamas infernales. Y ha apoyado a sátrapas mil que se han apoyado en lo religioso en una curiosa simbiosis para conseguir propósitos espúreos.

Es lo bueno que tiene este Papa tan denostado por los progres. Que predica la separación completa de la religión de cualquier acto de poder y que defiende que la religión debe estar fuera de los temas políticos, aunque tenga opinión sobre temas que se debaten en el ámbito político. Sería aquello de a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, que tanta falta hace. Por lo menos, la religión ahora es voluntaria y no algo obligatorio (o casi) como lo ha sido en muchas épocas en la historia.

Creo que lo contrapuesto al Estado no es la religión, sino el individuo. Desnudo, sólo consigo mismo y ante su vida. Tomando decisiones sobre su futuro con responsabilidad, con madurez para afrontar lo que le venga encima. La religión no es una alternativa al Estado, es otra cosa. La religión tampoco salvaría a las personas de su responsabilidad ni los hará más conscientes de las consecuencias de sus decisiones. Sólo de algunas. La religión es la guía y el apoyo para resistir las situaciones de zozobra, la esperanza, como tú dices, en algo mejor más allá, la razón de muchos sacrificios por los demás. Pero hay muchas cosas que quedan fuera de la esfera religiosa y en las que el hombre debe luchar por su soberanía frente al Estado.

Menudo rollo.

Peregrino dijo...

Qué es el hombre, sino un hijo de Dios? Si la respuesta es distinta, si es meramente un individuo, distinto del de al lado, entonces lo único que hay de diferente entre el discurso liberal y el socialista, socialdemócrata o como se quiera llamar, es el grado de intervencionismo, o de regulación que deba tener el Estado en nuestras vidas.
Religión y política son dos cosas distintas, como tampoco se puede equiparar Gobierno a Iglesia. La Iglesia (en este caso católica, entiendo) la formamos todos los católicos, no solo sus dirigentes. Como nos pasa a todos los seres humanos, ha habido grandes errores en los dirigentes eclesiales, fruto muchas veces de la debilidad.

Al César lo que es del César, pero procurando dar referencias morales a la iglesia, entendida ésta como comunidad de creyentes. Su voluntad es de universalidad, ya que su mensaje de Amor es universal. Pero es en primer lugar a nosotros a quien debe llegar el mensaje, y debemos ser nosotros los primeros en difundirlo.

Y perdón por el rollo