2008/10/01

Primera colaboración


Mi amigo Daniel, dueño y señor de este sitio, me ha invitado amablemente a contribuir con mis puntos de vista a sus poéticas reflexiones sobre la vida, la religión, el deporte y la política. Por suerte, la política está entre estos temas y me siento cómodo, aunque intentaré dar en mis colaboraciones un enfoque un poco diferente del de evasión liberal, aunque no será fácil.

Voy a empezar criticando a los EE.UU. tan caros a Daniel y a mí también, que conste. Siempre me ha parecido que es un gran país, verdadero faro de la libertad de occidente y un pueblo que sabe defender sus valores y está dispuesto a dar la vida por ellos, lo cual no se puede decir de otros. Sin embargo, Creo que están en un momento pésimo no sólo económico, sino moral y que están perdiendo parte de los valores fundacionales que inspiraron a los Madison, Hamilton, Jay, verdaderos artífices de aquella gran nación.

El caso de Guantánamo, las mentiras que llevaron a la guerra de Irak y la escalada militarista son un síntoma preocupante de decadencia. Dice Chesterton en su ensayo acerca de Rudyard Kipling:

Lo malo del militarismo no es que muestre que algunos hombres son feroces altaneros y excesivamente belicosos: lo malo del militarismo es que muestra que la mayoría de los hombres son mansos y tímidos y excesivamente pacíficos. El soldado profesional adquiere más poder a medida que la valentía general de una comunidad disminuye. Así laguardia pretoriana se fue volviendo cada vez más importante en Roma a medida que Roma se volvía cada vez más suntuosa y débil. El militar gana poder civil en la misma proporción en que el civil pierde las virtudes militares.

¿No es algo parecido a esto lo que está ocurriendo a los EE.UU. con su gasto militar y la preponderancia de lo militar frente a lo civil?

Alberto Benegas Lynch
, un célebre economista liberal argentino, lo dice mucho mejor que yo:

Se trata del baluarte del mundo libre, por esto es que resulta especialmente delicado lo que allí ocurra. Hay algunas señales que, de un tiempo a esta parte, muestran que los Estados Unidos, lamentablemente, se están latinoamericanizando en algunos aspectos. Sin duda que sigue siendo el país más civilizado de la tierra pero, por ser el bastión de la libertad, es muy trascendente lo que allí ocurre. Para no remontarnos a otras épocas de su historia hoy observamos que, a raíz de los sucesos criminales del 11 de septiembre, se han adoptado algunas medidas que, en nombre de la seguridad, afectan la libertad. La detención de extranjeros sin juicio previo, escuchas telefónicas y otras medidas similares afectan severamente las garantías individuales. Es sabido que la libertad tiene riesgos pero si en nombre de la seguridad se afecta la libertad se habrá perdido la batalla. Como bien ha declarado un distinguido parlamentario estadounidense, "si para luchar contra los talibanes nos convertimos en talibanes, la batalla no tiene sentido". Por otra parte, los subsidios a la agricultura estadounidense por un valor de cientos de miles de millones de dólares implica que se detraen recursos de actividades eficientes para financiar tareas de menor productividad, lo cual afecta gravemente las tasas de capitalización y, consiguientemente, los salarios e ingresos en términos reales. Los Estados Unidos tendrán en el actual ejercicio fiscal un déficit de ciento sesenta mil millones de dólares. La Secretaría del Tesoro acaba de pedirle al Congreso que eleve el techo del endeudamiento estatal establecido por ley puesto que no serían suficientes los aproximadamente seis billones actuales. Los incrementos del gasto público de los últimos años resultan llamativos, lo cual ocurre debido principalmente al medicare, la llamada seguridad social y los gastos militares. La suba de aranceles como en los sonados casos del acero y la madera, alejan aún más a los Estados Unidos de la idea del librecambio.

Recordemos que no hay posiciones irrevocables. La inexorabilidad de los acontecimientos constituye una idea trasnochada del marxismo. Los países serán mejores o peores según sean las ideas, principios y valores que prevalecen. Lo que cuenta Thomas Sowell en su obra Inside American Education resulta alarmante. Los avances de la llamada "acción afirmativa", la "corrección política", las cuotas compulsivas en lugares de trabajo e instituciones académicas y reglamentos absurdos contribuyen a desmoronar preceptos que han constituido la columna vertebral de la tradición de pensamiento estadounidense.

No cabe discutir que esto que ocurre en Estados Unidos sucede con mucho mayor intensidad en otras partes del mundo, pero como queda dicho, las políticas en los Estados Unidos tienen mucho mayor relevancia debido a las reservas morales implícitas en buena parte de la historia de aquel gran país. Es importante que repasemos el espíritu de autores como Thomas Jefferson, George Mason, Thomas Paine y James Madison. Aunque no sea muy conocido, ni siquiera en los ambientes profesionales de la ciencia política, deben repasarse los debates entre los federalistas y aquellos que se autodenominaron, paradójicamente, antifederalistas pero que tenían una posición aún más vigorosa en cuanto a la limitación del poder del gobierno central y, en general, una postura aún más robusta respecto de la oposición al intervencionismo estatal. En este sentido, hoy resultan alentadoras las producciones intelectuales de instituciones y centros académicos estadounidenses que nos recuerdan el significado del American way of life".

1 comentario:

Cami dijo...

Abrumado me he quedado con semejante contribución al que sin duda puedo calificar como "Post magistral", viniendo de quien viene y del "editor" de uno de los mejores blog en español, no podíamos esperar otra cosa.
La verdad es que por su contenido, su erudicción, elevadas citas, ponderados juicios y fantásticas fotografías hacen de el "el Post del mes"
Gracias compadre!